martes, 18 de enero de 2011

Volvemos a Mairena

Pues después de venir del campeonato de España de galgos, tocaba descansar, ya que al día siguiente iba de caza. A las 07:15 tocó el despertador y fui a por Florencio que venia con nosotros. Íbamos a Mairena, casi 2 meses después volvíamos a cazar en el coto y la verdad que no era día de caza. Creía que el terreno había oreado bastante más, pero no fue así. Atascaba en casi todos los sitios. Las liebres andan locas, muchas se levantan a lo lejos y de las pocas que vimos en la cama solo estaban aplastadas, porque la cama practicamente la tenían a ras del suelo. De las pocas que se vio en la cama fue la primera y era turno para la Rondeña de Florencio y de una perra negra de unos hombres que venían de invitados. No se como pueden traer una perra así, lo lógico es que si vas a un sitio lleves lo mejor que tengas y esa perra negra no entró en carrera ni en las pegadas. La perra de Florencio salió como un tiro y aunque luego se le alargó un poco ( la liebre entraría por lo atascado) hizo una buena carrera sola. Cuando nos tocaba correr Florencio enganchó de nuevo con una de las perras nuevas, salió una larga y solté. Las perras no le llegaron porque la liebre iba por donde mas atascaba ( aunque midieron fuerza las perras e iban muy parejas). Se fue al perdedero ( que estaba cerca ) y volvimos a meter las perras en trailla y esta vez si salio una buena liebre que hizo una buena carrera. El terreno estaba favorable a la liebre, las perras salieron muy bien, pero Rondeña impuso su fuerza llegando a liebre, luego cruzo el camino y no pude ver más.

Seguimos cazando y las liebres brillaban por su ausencia, eso si, muy buenas, de hecho, no se mataron ninguna. La niebla se nos vino encima, andábamos como podíamos, pero es que se tenia que cazar si o si. Mientras buscábamos las liebres iba recordando las carreras que hicieron nuestras perras allí. Hace dos años de 3 se mataron las 3 ( con esguince de pie incluido) . El año pasado de 4 se mataron 3. La ceniza hizo un carrerón antológico, pero amigos, este año era distinto. Mi amigo Jaime volvió a ver una liebre en la cama ( al igual que la primera ). Solté a dos de las cachorras y aunque corrieron cerca del perdedero, dio tiempo para ver que una gustó y la otra no. Después de esto buscamos las liebres que faltaban para terminar y la verdad que se pusieron duras para verlas. Encima en la cuerda casi todos los socios se fueron antes de acabar. Finalmente se consiguió, incluso viendo alguna larga, pero lo mejor de todo, como casi siempre, la comida final. Un abrazo.


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